En el
andén las maletas, olvidadas
y
llenas, de los viajes
que nunca
emprendimos.
Mis mañanas
suben al tren,
y en el
hall de la estación
Esperan
los días pasados,
acompañados
de las palabras no dichas
y las
historias sin comenzar.
Parte
el tren, y olvido mi equipaje,
que es
un adiós
o un
hasta que vuelvas
a esta
estación, que quizás,
tal vez,
ya no sea la mía.
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