jueves, 15 de septiembre de 2016

El estudio

    
     Llegó la noche al estudio, intentó colarse por la ventana pero no encontró resquicio por dónde pasar, de nuevo estaba la otra noche dentro, escondida tras las lámparas infrarrojas, riéndose de ella, moviéndose al ritmo de la manecilla del reloj sin horas.
      La noche del estudio nunca estaba sola, se rodeaba de viejas cámaras recluidas en una estantería, ansiosas de caricias de las manos de los fotógrafos que ahora las admiraban tras el cristal. Ellas le hablaban de vidas pasadas, de personas que si conocían la luna. También las fotografías salían de su escondite, se liberaban del corsé de los marcos y de la cárcel de cajones y bailaban para ella, intentando llamar su atención. Los libros susurraban sus historias desde el altillo pero la escalera no les dejaba bajar. Joseph se había tomado mucho tiempo en ella y se consideraba guardiana de sus secretos. Y la luna reposaba en la estantería sonriendo, ya cansada de iluminar los sueños de la ciudad, mientras la buscan las estrellas de la noche verdadera.


     Algunos días la noche sin estrellas encontraba carretes olvidados e iba capturando imágenes, otros jugaba con los ácidos y llamaba al nordeste para que secara rápido las copias, que guardaba en los marcos bajo las fotografías de Joseph, que siempre llegaba al estudio a las 9.30 cuando la noche ya dormía en la cama del altillo. Buscaba las rendijas por donde se colaba el viento frío, porque no entendía por qué olía a mar todo el estudio. La escalera intentaba revelarle los secretos de la noche pero los caracoles que dormían en la lámpara, cómplices de ella, le rogaban no hacerlo.


     Y la luna seguía sonriendo en la estantería, cada vez su sonrisa más grande. El apenas reparaba en ella, rodeada de cámaras en el rincón más oscuro del estudio.


     Pasaron muchos días de viento de nordeste, noches sin luna, danzas de imágenes en el estudio, escaleras silenciosas, relojes sin horas...hasta que una mañana la escalera le susurró a Joseph al llegar que la luna se había marchado arrastrando la maleta de madera, antes llenas de secretos de un camino y ahora de imágenes de un estudio que cobraba vida cuando él no estaba...solamente encontró una imagen borrosa en la bandeja, el reflejo de las estrellas en la mesa del salón...





viernes, 1 de julio de 2016

Ausencia






Lejano como el futuro
a los ojos de un niño
frágil como el sueño
en noche de tormenta.

Así tu recuerdo
acaricia el frío de la almohada vacía.

martes, 28 de junio de 2016

Hace tiempo

                                                     Hace tiempo que caminas a mi lado
                                                         vestido del mar en tus pupilas.
                                                            En la niebla del recuerdo
                                                             se ha perdido tu sombra
                                                     tus huellas se desdibujan en la arena.
                                                             Porque yo te imagino
                                                                   Y no te tengo.

martes, 14 de junio de 2016

martes, 7 de junio de 2016

Una villa abandonada (un ejercicio del taller basándose en una imagen de Knoff) Surge un poema.





La soledad se cuela por las rendijas
de la mano del viento
su pareja de baile desde hace años
al son del vals del abandono.

Borradas las últimas huellas
en la escalera de musgo y piedra
bañada por la marea
las noches de luna llena.

El mismo barco se mece en la niebla
siguiendo el rumbo de los ausentes
y la casa le acoge
con la generosidad de la piedra centenaria
como reciben los abuelos a los nietos.

El velero atraca con la carga de sueños
y canciones olvidadas
en la villa abandonada.






jueves, 21 de abril de 2016

Orilla


                                                           Embarcó los recuerdos,
                                                                 ella en la orilla.
                                                          La popa le dio la espalda
                                                       y las olas acariciaron sus pies
                                                      en el horizonte jugaba el futuro,
                                                                     la espera.

                                                                  Ella en la orilla.


martes, 22 de marzo de 2016

La madre y la luna

Un regalo de Goyo Salvador esta imagen, de ella surgió el poema...




                                               Oscurece al arrullo del mar
                                               la ciudad a su espalda.

                                               De ella ya no se habla,
                                               atrapada en la poesía de las despedidas.
                                               Se aferra a la luna,
                                               la acaricia,
                                               no la deja marchar.

                                               ¡que se pare la noche!

                                                Si no amanece
                                                ella acompañará su espera.







miércoles, 16 de marzo de 2016

Una imagen que me ha enamorado de Pablo Basagoiti Brown. "PIESECILLOS". En cuanto la vi comencé a escribir...


Por la mañana cuando los dedillos buscan la alfombra con timidez encuentran a veces el frío suelo
burlón, se encogen al principio, pero como son valientes comienzan a danzar ligeros por el parqué. 
Bailan, disfrutando de la libertad hasta que la voz a la vez dulce y enérgica de mamá recuerda a Paula que hay que poner las zapatillas.
Si pudieran llorarían o gritarían como si estuviesen loquillos pero se conforman con jugar a romper las zapatillas de casa para poder asomar libremente por la proa de su improvisado barco.
Juegan todo el día, saltan, corren, se mojan, se agitan, se emocionan...
los PIESECILLOS.





lunes, 7 de marzo de 2016

Lluvia


                                                     Inventaré cascadas entre ladrillos
                                                            ríos en los adoquines
                                                            mar de tierra adentro...

                                                           porque sigue lloviendo
                                                  y no quiero que lleguen a mi piel
                                                           las lágrimas de nube.




miércoles, 2 de marzo de 2016

Memento mori

 
Hace tiempo que caminas a mi lado, vestido del mar en tus pupilas.
Por las mañanas despierto en una cama, no lo bastante revuelta, sintiendo tu presencia, a mi lado, agazapado tras mis miedos, acurrucado entre las olas de mi memoria.
 
Mis piernas ya no brincan, cansadas de años. Sus cicatrices recuerdan tempestades en ese camarote que fue muy refugio, de ese mar que fue mi amigo o enemigo, tantas veces.
 
Mi piel curtida de sol ya no es firme, antes temblaba al ser acariciada por las manos de mujeres jóvenes y bellas, esas que ahora se ofrecen a cederme su sitio en el autobús. Y tú a veces me sostienes, otras me empujas hacia mi destino, lejos del mar, en una tierra demasiado seca.
Ahora paseo mi miedo en barcas inventadas, pero los remos pesan demasiado para mis brazos, cansados de años; arrastro mi espalda alejándome de las estrellas que tantas veces marcaron mi camino, acercándome a la tierra.
 
Tú hace tiempo que caminas a mi lado, y esperas...a esa última tempestad que se agarrará a mis hueso, mástiles endebles de un cuerpo zarandeado por la vida con ganas de dejarse llevar, a la deriva.
 
 
 
 
 
 
 
 

martes, 23 de febrero de 2016

Peregrino. Hoy Jose María Duart me ha regalado esta imagen, una escultura del Evaristo Valle de nuevo, bajo su mirada. Los versos la acompañan en este día de invierno.

 
A la sombra del cedro
 
él espera
 
la mochila vacia de sueños
de peregrino de pasados.
 
La lluvia acaricia su espalda
algún amante busca su sombra
 
él espera
 
y mima su pie
cansado de siglos
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

jueves, 4 de febrero de 2016

Mujer de piedra

 
Vestida de musgo
para cubrir su abandono
teje su infinita espera,
bella mujer de piedra.
 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 24 de enero de 2016

viernes, 22 de enero de 2016

El bosque duerme



El bosque duerme
en las frías tardes de enero.
Ni las curuxas pueden despertarlo
se turnan,
para intentarlo.

Olvidados los abrazos del verano
el bosque de invierno duerme.








martes, 12 de enero de 2016

Si la lluvia espera



Ella espera que la lluvia espere
y no desvele los sueños
encerrados en algodón.

Su canto guardado en la copa de los árboles
compañeros de su soledad
acarician las nubes su cuerpo

Si la lluvia espera.



sábado, 2 de enero de 2016

Mi cuerpo amanece



Mi cuerpo amanece
bajo la luna menguante.

El asoma acariciando la nieve,
el rocío me envuelve
y los árboles susurran su nombre.

El sol no entiende de esperas,
acunado por la nana se adormece.