Triste madre
la ciudad a tus espaldas
y el mar
tejiéndote un vestido,
de sal y algas.
Firme como roca,
ya una de ellas.
Esperando un barco
y reteniendo la caricia
de aquel que no regresa.
la ciudad a tus espaldas
y el mar
tejiéndote un vestido,
de sal y algas.
Firme como roca,
ya una de ellas.
Esperando un barco
y reteniendo la caricia
de aquel que no regresa.
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