miércoles, 2 de marzo de 2016

Memento mori

 
Hace tiempo que caminas a mi lado, vestido del mar en tus pupilas.
Por las mañanas despierto en una cama, no lo bastante revuelta, sintiendo tu presencia, a mi lado, agazapado tras mis miedos, acurrucado entre las olas de mi memoria.
 
Mis piernas ya no brincan, cansadas de años. Sus cicatrices recuerdan tempestades en ese camarote que fue muy refugio, de ese mar que fue mi amigo o enemigo, tantas veces.
 
Mi piel curtida de sol ya no es firme, antes temblaba al ser acariciada por las manos de mujeres jóvenes y bellas, esas que ahora se ofrecen a cederme su sitio en el autobús. Y tú a veces me sostienes, otras me empujas hacia mi destino, lejos del mar, en una tierra demasiado seca.
Ahora paseo mi miedo en barcas inventadas, pero los remos pesan demasiado para mis brazos, cansados de años; arrastro mi espalda alejándome de las estrellas que tantas veces marcaron mi camino, acercándome a la tierra.
 
Tú hace tiempo que caminas a mi lado, y esperas...a esa última tempestad que se agarrará a mis hueso, mástiles endebles de un cuerpo zarandeado por la vida con ganas de dejarse llevar, a la deriva.
 
 
 
 
 
 
 
 

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