Escribió su nombre
en la proa de un barco
y se asió a las manos
que eran timón
de su vida.
Cruzó mares distintos
bajo el mismo cielo
y se fundió en la madera vieja,
sus canciones crujidos
en solitarios puertos.
Y esa fue su vida:
mar y cielo...
¿Habrá mejor vida que mojar de salitre el alma, que darse baños de luna... o descalzo pisar madera cálida aún mojada..??
ResponderEliminarGracias por compartir Ana, es un placer seguirte...
Precioso comentario a mis veros...es otro poema en si mismo. Gracias a ti, Xurde.
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