TRAS LA GUERRA
Su amiga invisible
la ausencia.
Nadie arropaba sus noches.
Se le escapaban las risas
del forro de los bolsillos
de un gabán demasiado grande
heredado demasiado pronto.
No quería borrar su pasado
porque aumentaba su pérdida.
Se había olvidado de llorar.
Tras la guerra.
Y en la espera jugaba
con su amiga invisible,
la ausencia.
Ana Elías.
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