Encontró el cuerpo desnudo,
ya sin el vestido de sus caricias.
El frío de unas sábanas
demasiado limpias.
Y lloró días pasados,
y otros por venir
en los que iba a olvidar
todos los rincones de su cuerpo
hasta entonces conocidos.
Y se miró las manos,
vacías de él.
Y lloró en presente.
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