Sombra de un niño
en soledad de hombre,
lleno de luces antiguas.
Río de miedos
que deja a un lado
palabras gastadas,
y ecos de risas
que vuelven,
en ellos,
mientras se secan sus lágrimas.
Y con sangre yerma
la firma del cuadro
en aquel museo lleno de polvo
para algunos inédito,
recuerdo para otros.
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